¡Bienvenidos a EL SENDERO INFINITO, un rincón para hablar sobre cómo mejorar en la vida, incluso después de esos tropiezos que todos hemos tenido alguna vez.
Hoy traigo algo que creo que os va a interesar mucho, especialmente si sentís que en el trabajo o en cualquier otro ámbito de vuestra vida parece que vais improvisando, que todo es un "a ver qué pasa". ¡Eso se acabó!
El tema de hoy: el pensamiento estratégico. Suena serio, ¿no? Pero no os preocupéis, que os prometo que va a ser mucho más interesante de lo que parece, al menos eso espero. Vamos a hablar de cómo esta forma de pensar puede literalmente transformar la manera en la que nos enfrentamos a los retos diarios, y no solo en el trabajo, sino en la vida en general.
Primero, claridad ante todo: el pensamiento estratégico NO es lo mismo que la planificación estratégica. Sí, ya sé que alguno se preguntará y a mi qué me cuentas…, así que lo explico brevemente…. La planificación estratégica es ese momento en el que te sientas y te dices a ti mismo o a los demás…: "Vale, vamos a trazar un plan para los próximos cinco años, o para lo que sea". Defines metas, determinas qué recursos vais a necesitar, y todo eso. Básicamente, es el mapa para llegar del punto A al punto B.
Pero el pensamiento estratégico… ¡ah, amigo! Esto es otra cosa. Es como tener un "modo mental" que va más allá del simple mapa. Es preguntarte: "¿Qué demonios está pasando en el mundo, y cómo puede esto afectarme?" Es tener una visión más amplia, más global. Te hace ver más allá de lo inmediato, y eso es oro puro en cualquier campo. Porque, a ver, ¿quién no quiere ser capaz de anticiparse a lo que viene y tomar las mejores decisiones?