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サマリー
あらすじ・解説
“Si te dijera que lo que percibes como realidad no es más que una simulación creada por alguien o algo, ¿qué pensarías? ¿Y si lo que consideras como real no es más que un complejo código matemático, una creación diseñada por entidades mucho más avanzadas que nosotros con intenciones difíciles de imaginar?”
No es un tema baladí, ni otra pieza más del rompecabezas que aglutina las teorías de la conspiración más inquietantes de la humanidad. Hay filósofos e incluso científicos que teorizan seriamente sobre esa posibilidad; algunos de ellos incluso han definido una serie de hipótesis muy interesantes que plantean diferentes escenarios para poder razonar sobre ello.
Y no es para menos… Imagina que una civilización alcanza la capacidad tecnológica para crear simulaciones tan avanzadas que los seres que viven en ellas no pueden distinguir entre lo que es real y lo que no lo es.
Estas simulaciones no serían simples aplicaciones de realidad virtual, de esas que te pones unas gafas y pasas a otro plano. Serían universos completos, con millones de seres conscientes, con sus propias historias, culturas y ciencias, que interactuarían contigo sin saber que forman parte de algo artificial controlado por otros.
Nick Bostrom es un filósofo sueco que teoriza al respecto proponiendo un enfoque tan provocadora como inquietante, el de que existen muchas probabilidades de que ya estemos experimentando una realidad artificial y que nuestra percepción de lo que vivimos no sea más que una simulación creada por una civilización superior mucho más avanzada.
La hipótesis que ofrece Bostrom se basa en tres postulados y en que necesariamente uno de ellos tiene que ser cierto.
El primero plantea que todas las civilizaciones que conocemos tienen un límite en su desarrollo tecnológico a partir del cual se provocará su autodestrucción; sería como estar sujetos a una ley natural de la que ninguna civilización podría escaparse a ese destino al llegar a un determinado nivel. Por lo tanto, nunca sería posible alcanzar un desarrollo suficientemente elevado como para crear una simulación exactamente igual a como percibimos nuestra realidad.
El segundo postulado argumenta que, en el supuesto de que cualquier civilización fuese capaz de alcanzar una madurez tecnológica suficientemente elevada como para poder crear esa simulación de la vida tal como la percibimos sin autodestruirse antes, esa civilización habría perdido antes el interés de hacerlo por alguna razón, dado que su avance, conocimientos y control de su propia realidad serían tales que no tendría sentido alguno el hacerlo.
El tercero es que, efectivamente, esta realidad que percibimos hoy sea ya una simulación artificial entre muchas otras construidas por seres tecnológicamente muy avanzados, que han sabido superar los riesgos de su propia autodestrucción y que además, tienen razones importantes para crear no una simulación, sino muchas de ellas.
Vamos a desarrollar un poco cada uno de esos tres postulados…
#existencialismo #vida #extraterrestre
Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/el-faro-de-lycon--6016681/support.
No es un tema baladí, ni otra pieza más del rompecabezas que aglutina las teorías de la conspiración más inquietantes de la humanidad. Hay filósofos e incluso científicos que teorizan seriamente sobre esa posibilidad; algunos de ellos incluso han definido una serie de hipótesis muy interesantes que plantean diferentes escenarios para poder razonar sobre ello.
Y no es para menos… Imagina que una civilización alcanza la capacidad tecnológica para crear simulaciones tan avanzadas que los seres que viven en ellas no pueden distinguir entre lo que es real y lo que no lo es.
Estas simulaciones no serían simples aplicaciones de realidad virtual, de esas que te pones unas gafas y pasas a otro plano. Serían universos completos, con millones de seres conscientes, con sus propias historias, culturas y ciencias, que interactuarían contigo sin saber que forman parte de algo artificial controlado por otros.
Nick Bostrom es un filósofo sueco que teoriza al respecto proponiendo un enfoque tan provocadora como inquietante, el de que existen muchas probabilidades de que ya estemos experimentando una realidad artificial y que nuestra percepción de lo que vivimos no sea más que una simulación creada por una civilización superior mucho más avanzada.
La hipótesis que ofrece Bostrom se basa en tres postulados y en que necesariamente uno de ellos tiene que ser cierto.
El primero plantea que todas las civilizaciones que conocemos tienen un límite en su desarrollo tecnológico a partir del cual se provocará su autodestrucción; sería como estar sujetos a una ley natural de la que ninguna civilización podría escaparse a ese destino al llegar a un determinado nivel. Por lo tanto, nunca sería posible alcanzar un desarrollo suficientemente elevado como para crear una simulación exactamente igual a como percibimos nuestra realidad.
El segundo postulado argumenta que, en el supuesto de que cualquier civilización fuese capaz de alcanzar una madurez tecnológica suficientemente elevada como para poder crear esa simulación de la vida tal como la percibimos sin autodestruirse antes, esa civilización habría perdido antes el interés de hacerlo por alguna razón, dado que su avance, conocimientos y control de su propia realidad serían tales que no tendría sentido alguno el hacerlo.
El tercero es que, efectivamente, esta realidad que percibimos hoy sea ya una simulación artificial entre muchas otras construidas por seres tecnológicamente muy avanzados, que han sabido superar los riesgos de su propia autodestrucción y que además, tienen razones importantes para crear no una simulación, sino muchas de ellas.
Vamos a desarrollar un poco cada uno de esos tres postulados…
#existencialismo #vida #extraterrestre
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