Si hiciéramos un ejercicio de visualización y te dijera que imagines que vas a pasar una jornada laboral a las oficinas de Google, o por ejemplo a una agencia de publicidad en Madrid, estoy segura de que imaginarías un espacio diáfano, con pufs de colores, una zona de café con tentempiés apetecibles y saludables, y seguramente un futbolín.
Las grandes empresas tecnológicas, en su afán de hacer que sus trabajadores pierdan el sentido del tiempo durante su jornada y más allá, esconden relojes y diseñan rincones lúdicos y alegres para desconectar donde, curiosamente, siempre llega el wifi y la electricidad.
El mito del futbolín, bautizado así por mí para la ocasión, ha sido alimentado por el cine y las series, y nos muestra un estilo de vida profesional idealizado, con trabajadores ultra productivos, portando siempre dispositivos de última generación, y vestidos de forma alternativa por las marcas más modernas. Pero, ¿es esta la realidad de las agencias de marketing o publicidad?
Hoy, en el episodio 3, me he propuesto desmontar el mito FOGUEANDO CON una profesional como la copa de un pino y mejor persona.
Una mujer a quien igual pillas jugando a videojuegos, que hace maratón de cine para ver todas las películas de los Óscar antes de la gala.
Una compañera que te ayuda a resolver todos tus problemas técnicos, o te prepara un café si te ve necesitada sin que ni si quiera se lo pidas.
Hoy viene a contar verdades sobre el día a día trabajando en una agencia, mi mano derecha en la agencia Pisto (www.agenciapisto.com), mi querida compañera, Amanda Gil.
NOTA.- Grabando el episodio y tras hacer pruebas técnicas, uno de los micros nos dio problemas que no percibimos hasta escuchar el episodio posteriormente. Como la idea es que los "Fogueando con" sean conversaciones espontáneas y naturales sobre un tema, sopesé incluso la posibilidad de repetir la grabación, pero creo que la energía y los temas fluyeron tan bien, que prefiero perder un poco de calidad en el sonido pero que disfrutéis de nuestra complicidad sincera y natural. Y hablando de sinceridad, también he creído necesario contároslo.