Se acabó la Semana Santa. Celebramos. Reflexionamos. Asistimos a cultos presenciales o virtuales. Escuchamos La Palabra. Hicimos toda la rutina de esta temporada. Pero Jesús no es rutinario.
Se acabó la Semana Santa. Celebramos. Reflexionamos. Asistimos a cultos presenciales o virtuales. Escuchamos La Palabra. Hicimos toda la rutina de esta temporada. Pero Jesús no es rutinario.