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サマリー
あらすじ・解説
Miniaturas del asombro es una colección de cinco pequeñas composiciones sonoras creadas a partir de un poemario homónimo escrito por Ana Victoria Padilla Onatra. Cada pieza es un acto que acontece en un escenario imaginario. Los sonidos que allí tienen lugar son diversos, algunos provienen del movimiento de objetos domésticos, máquina de coser y juguetes, y otros corresponden a las voces de personas que amamos. Para el último acto contamos con la participación de nuestro querido amigo Roberto Carlos Pérez Guerrero. Sean todos bienvenidos a habitar el espacio que crea este acontecer sonoro. ¡Si quieren entrar escuchen y, cada uno, hágase chiquito!
El poemario y EP fueron ganadores de la Convocatoria Impulso 2023, del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena.
Producción y masterización: Gente Rara Label - Emanuel Julio Pinilla
Poemas: Ana Victoria Padilla Onatra
Composiciones: Ana y Emanuel de Murmuration [poesía+sonido]
Estos fueron algunos de los instrumentos utilizados para este EP: Malla tensada y caja de fósforo frotados con pala, y capturados con hidrófono. Percusión con baqueta de xilófono, vaso de vidrio con agua e hidrófono. Set en maleta con canicas y pisadas de figura de burro en miniatura sobre flores secas. Flauta de pan, controladora Midi, melódica y piano de juguete.
Las grabaciones de testimonios y máquina de coser las hicimos con grabadora Zoom H5 e hidrófono. Los samples con relatos de Josefina Onatra y César Padilla. Las voces las grabamos con el hidrófono en un vaso de vidrio, grabadora Zoom H5 dentro del escaparate, micrófono de teléfono y micrófono pro. También grabamos burbujas con una manguera de nebulizaciones en el mismo vaso de vidrio con agua e hidrófono (suenan como sapitos o corales). El murmullo-melodía lo grabamos con el hidrófono sobre la garganta.
La melodía para Clase de ciencia la grabó Danilsa Julio, y nuestro amigo Roberto Carlos Pérez Guerrero hizo una intervención con la que cierra este acto.
Nunca antes hubo tanta oscuridad en mi vida como en 1992
Era la época de los apagones de Gaviria
Recuerdo el silencio de los televisores
Las conversaciones susurradas
en las terrazas de las casas
como si estuviéramos en un velorio
El velorio de la luz, tal vez
Recuerdo también el miedo
Los demonios acechando en los rincones oscuros
Tan oscuros que ellos mismos tropezaban
Demonios torpes
Niños miedosos
Todos ávidos de historias para pasar las horas de penumbra
Y yo en mitad del patio, escudriñando la bóveda celeste,
buscando entre las estrellas ovnis, extraterrestres,
una señal de vida entre luces lejanas
o el enorme cometa
que llenó de brillo los ojos de mi madre
la casa de mis abuelos
las vacas, los campos de maíz
en noches más oscuras que las de 1992
cuando no había apagones
porque la electricidad no conocía el campo
y Gaviria todavía era un niño como mamá
pero con luz en su casa
Por eso no vio el cometa
por eso sus ojos hoy no brillan
como los de ella
por eso su obstinación con los apagones