Himnos cristianos

著者: Radio Luz a las Naciones
  • サマリー

  • En la Biblia, el papel de la música para el pueblo cristiano cumple la función de alabanza, adoración y glorificación de Dios. Un ejemplo se halla en el capítulo 150 del libro de los Salmos, donde se hace una exhortación a alabar a Dios con instrumentos musicales de viento, de cuerda y de percusión. En el Nuevo Testamento, el uso que los apóstoles y los seguidores de Cristo hacen de la música cristiana demuestra su carácter como forma de culto, enaltecimiento, y agradecimiento a Dios. A través del grandísimo período histórico que abarcan los relatos bíblicos, se encuentran muchas referencias a la actividad musical en la vida de los pueblos antiguos. La música tenía un lugar importante en gran parte de la vida del pueblo de Israel. Algunos cánticos antiguos como el de María y Moisés, se relacionan con eventos específicos tales como la liberación de los creyentes perseguidos por los enemigos, o fiestas como la Pascua. En los servicios religiosos, los músicos provenían de la Tribu de Levi, tal como se indica en 1 Crónicas 15:16 y Nehemías 11:22. Sobresale el papel del Rey David como músico, quien tocaba su arpa para calmar el atormentado espíritu del Rey Saúl, y más tarde obtuvo el derecho a designar a los músicos del templo. David también es el autor principal de los Salmos. Danza de Miriam (Éxodo 15:19). Otras referencias mencionan eventos donde se tocaba la música vigorosamente, acompañada de coros del pueblo y bailes donde participaban hombres y mujeres, grandes y pequeños, jóvenes y ancianos. La música acompañada de danzas estaba presente en celebraciones grandes y pequeñas que marcaban eventos importantes en la vida del pueblo, aunque también de la vida cotidiana, expresando una gran variedad de estados de ánimo, sentimientos y diversas emociones que tenían como característica la glorificación de Dios. Los cantos se solían realizar especialmente en tiempos de paz y alegría, mientras que diversos pasajes bíblicos demuestran que durante tiempos de arrepentimiento la música se dejaba de lado por un momento con el objeto de enfocarse en la oración, el ayuno y la comunión con Dios, tal como lo muestra la exhortación profética en Amós 5:23-24. En el Nuevo Testamento destaca el relato sobre Pablo y Silas registrado en Hechos, donde se narra que a pesar de estar aprisionados y haber sufrido aflicciones, tribulaciones y persecuciones que enfrentaron por su fe en Jesucristo, ambos apóstoles cantaron himnos dedicados a Dios durante la medianoche. Además, en Mateo 26:30 y Marcos 14:26, el testimonio bíblico registra que Jesús mismo y sus discípulos entonaron un himno de acción de gracias en la Última Cena, antes de que partieran al Monte de los Olivos.
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あらすじ・解説

En la Biblia, el papel de la música para el pueblo cristiano cumple la función de alabanza, adoración y glorificación de Dios. Un ejemplo se halla en el capítulo 150 del libro de los Salmos, donde se hace una exhortación a alabar a Dios con instrumentos musicales de viento, de cuerda y de percusión. En el Nuevo Testamento, el uso que los apóstoles y los seguidores de Cristo hacen de la música cristiana demuestra su carácter como forma de culto, enaltecimiento, y agradecimiento a Dios. A través del grandísimo período histórico que abarcan los relatos bíblicos, se encuentran muchas referencias a la actividad musical en la vida de los pueblos antiguos. La música tenía un lugar importante en gran parte de la vida del pueblo de Israel. Algunos cánticos antiguos como el de María y Moisés, se relacionan con eventos específicos tales como la liberación de los creyentes perseguidos por los enemigos, o fiestas como la Pascua. En los servicios religiosos, los músicos provenían de la Tribu de Levi, tal como se indica en 1 Crónicas 15:16 y Nehemías 11:22. Sobresale el papel del Rey David como músico, quien tocaba su arpa para calmar el atormentado espíritu del Rey Saúl, y más tarde obtuvo el derecho a designar a los músicos del templo. David también es el autor principal de los Salmos. Danza de Miriam (Éxodo 15:19). Otras referencias mencionan eventos donde se tocaba la música vigorosamente, acompañada de coros del pueblo y bailes donde participaban hombres y mujeres, grandes y pequeños, jóvenes y ancianos. La música acompañada de danzas estaba presente en celebraciones grandes y pequeñas que marcaban eventos importantes en la vida del pueblo, aunque también de la vida cotidiana, expresando una gran variedad de estados de ánimo, sentimientos y diversas emociones que tenían como característica la glorificación de Dios. Los cantos se solían realizar especialmente en tiempos de paz y alegría, mientras que diversos pasajes bíblicos demuestran que durante tiempos de arrepentimiento la música se dejaba de lado por un momento con el objeto de enfocarse en la oración, el ayuno y la comunión con Dios, tal como lo muestra la exhortación profética en Amós 5:23-24. En el Nuevo Testamento destaca el relato sobre Pablo y Silas registrado en Hechos, donde se narra que a pesar de estar aprisionados y haber sufrido aflicciones, tribulaciones y persecuciones que enfrentaron por su fe en Jesucristo, ambos apóstoles cantaron himnos dedicados a Dios durante la medianoche. Además, en Mateo 26:30 y Marcos 14:26, el testimonio bíblico registra que Jesús mismo y sus discípulos entonaron un himno de acción de gracias en la Última Cena, antes de que partieran al Monte de los Olivos.
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エピソード
  • 244-ames john cummins-con cánticos señor
    2024/11/07
    Himno: Con cánticos, Señor Autor: James John Cummins Traductor: Merrill Nathaniel Hutchinson James John Cummins, hijo de un comerciante de Cork, Irlanda, nació en Cork el 5 de mayo de 1795. En 1834 se trasladó a Londres y durante muchos años fue director del Unión Bank of Australia. Murió en Buckland, Surrey, el 23 de noviembre de 1867. Dedicó mucho tiempo al estudio del hebreo y la teología. Sus himnos y otras piezas poéticas también se publicaron en 1839 como Meditaciones Poéticas e Himnos del Autor de Los Sellos del Pacto Abierto. En 1849, esta obra se volvió a publicar con añadidos como Himnos, Meditaciones y otros Poemas. El título de la portada de esta obra es Lyra Evangélica , y por este título se la conoce habitualmente. Parte de los himnos que se encuentran en esta obra son: • Jesús, Señor de la Vida y la Gloria • Jesús, Señor, nos arrodillamos ante Ti • ¿Serán himnos de amor agradecido? • Con cánticos, Señor Merrill Nathaniel Hutchinson fue el traductor de los himnos • Amoroso Salvador • Hay una Fuente sin Igual • Obediente a Tu Mandato • Con cánticos,Señor Fue pastor de una iglesia presbiteriana en Dunellen, Nueva Jersey en 1871. Dos años después renunció a su pastorado y se mudó a la Ciudad de México. Sus obras están incluidas en El Himnario de las Iglesias Evangélicas. A continuación, damos paso a la lectura y canto del himno: Con cánticos Señor Con cánticos, Señor, mi corazón y voz Te adoran con fervor, oh Trino, Santo Dios. En tu mansión yo te veré, y paz eterna gozaré. Tu mano paternal marcó mi senda aquí; Mis pasos, cada cual, velados son por ti. En tu mansión yo te veré, y paz eterna gozaré. Innumerables son tus bienes, y sin par; Y por tu compasión los gozo sin cesar. En tu mansión yo te veré, y paz eterna gozaré. Tú eres, ¡oh Señor!, mi sumo, todo bien; Mil lengua s tu amor cantando siempre estén. En tu mansión yo te veré, y paz eterna gozaré.
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    7 分
  • 243-julia harriet jonhston-gracia admirable
    2024/10/31
    Himno: Gracia admirable Autor: Julia Harriet Johnston A finales del siglo XIX y principios del XX hubo mujeres que escribieron himnos como comentario social (es decir, himnos relacionados con el Movimiento de Templanza), comentario religioso (es decir, himnos que reflejaban las experiencias espirituales personales de los escritores) y comentario bíblico (es decir, himnos que reflejaban las creencias de los autores sobre pasajes particulares de las Escrituras). Julia Harriette Johnston nació en Salineville, Ohio, en 1849 y murió en Peoria, Illinois, en 1919. Era hija de un ministro presbiteriano y autora de numerosos libros sobre misiones cristianas y misioneros, además de más de himnos. Con el tiempo, muchos de los textos de los himnos de Johnston se publicaron en sus libros. Fue activa en la escuela dominical de su iglesia y se desempeñó como presidenta de la Sociedad Misionera Presbiteriana de Peoria durante dos décadas. Alrededor de 1910, Julia H. Johnston escribió las palabras: La gracia es mayor que nuestro pecado. Este himno con el paso del tiempo y en su traducción terminó con el nombre de Gracia Admirable. Es un comentario sobre Romanos 5, en particular sobre Romanos 5:20b, que dice: Pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia. El himno se emparejó por primera vez con la melodía Moody, que fue escrita por Daniel Towner aproximadamente en la misma época que el texto de Johnston. La melodía no recibió su nombre actual hasta que el comité del Himnario Bautista (1956) lo hizo para honrar al compositor, que era un músico metodista y se desempeñó como director del departamento de música en el Instituto Bíblico Moody en Chicago, Illinois. El himno de Johnston aparece en El Himnario Metodista Unido. No importa lo que haya pasado o lo que haya hecho el pecador; el amor de Dios es mayor y se concede generosamente a los que se arrepienten y creen en el Evangelio. Finalmente, como ocurre en los himnos evangélicos, el estribillo sigue a cada estrofa y es la parte más importante del himno. ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia de Dios que nos da perdón! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia que limpia el corazón! El himno de Julia Johnston es apropiado para cantarlo como invitación, para la Santa Cena o simplemente como estribillo como respuesta a la confesión. Si una persona está en condiciones de hablar sobre este himno durante la escuela dominical, el ensayo del coro o el servicio puede resultar útil simplemente pedir a la gente que busque cuántas veces aparece la palabra “gracia” en el himno. Esto ayudará a la congregación a meditar sobre el texto mientras lo cantan. A continuación, damos paso a la lectura y canto del himno: Gracia admirable ¡Gracia del Dios de amor Que excede a todo nuestro pecar! Cristo en la cruz por el pecador Su vida ha dado. ¡Qué amor sin par! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia de Dios que nos da perdón! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia que limpia el corazón! Negras las olas de la maldad Me amenazaron con perdición; Pudo en la gracia de Dios hallar Dulce refugio me corazón. ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia de Dios que nos da perdón! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia que limpia el corazón! Nunca tu mancha podrás limpiar Si no en la sangre del buen Jesús; En ella, sí, la podrás lavar, Hoy sin cesar fluye de la cruz. Coro: ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia de Dios que nos da perdón! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia que limpia el corazón! Gracia infinita recibirá Todo el que cree en Cristo el Señor; Si del pecado cansado estás, Ven, gracia ofrece tu Salvador. ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia de Dios que nos da perdón! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia que limpia el corazón!
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  • 242-lydia baxter-de jesús el nombre invoca
    2024/10/30
    Himno: De Jesus el nombre invoca Autor: Lydia Baxter Muchos himnos y canciones góspel inspiradores han sido escritos por personas que padecieron una enfermedad o alguna discapacidad. Una de esas autoras fue Lydia Baxter, que nació en 1809 en Nueva York. Un misionero bautista la condujo al Señor, y ella y su hermana ayudaron a establecer la Iglesia Bautista en Petersburg, Nueva York. Poco después de casarse con el Sr Baxter sufrió una enfermedad grave que la dejó inválida y la confinó a la cama durante días seguidos. Su casa se convirtió en un lugar de reunión para evangelistas, predicadores y otros trabajadores cristianos, y a pesar de su condición, ofrecía inspiración y consejo a quienes la visitaban. El himnólogo Kenneth Osbeck señaló: “Sus amigos solían decir que una visita a su habitación de enferma no era tanto para darle ánimo y consuelo sino todo lo contrario, era para recibir ánimo para sus propios espíritus”. Además de escribir el libro (Gemas junto al camino), en 1855, la Sra. Baxter contribuyó con muchos himnos a las colectas para las escuelas dominicales y los servicios evangelísticos. De estos, los siguientes son los más conocidos: • Vuelve a echar tu red, hermano mío • Ve, trabaja en mi viña • Estoy arrodillado, Señor, a la puerta de la misericordia • El Maestro viene y De Jesús el nombre invoca entre otros. La señora Baxter era una estudiosa de la Biblia y disfrutaba especialmente estudiando el significado de los nombres de los personajes bíblicos. De todos los nombres bíblicos que conocía, el nombre de Jesús era el que más significaba para ella. Cuando le preguntaban cuál era el secreto de su espíritu alegre, respondía: Tengo una armadura muy especial. Tengo el nombre de Jesús. Cuando el tentador intenta hacerme sentir triste o abatida, menciono el nombre de Jesús y ya no puede llegar a mí. El himno De Jesús el nombre invoca fue escrito en 1870, 4 años antes de la muerte de la autora en 1874 con el título original en inglés El Nombre Precioso. En algunos himnarios, el título se toma de la primera línea, Lleva el Nombre de Jesús contigo”. Ella escribió varios himnos más, pero este es el único que se canta comúnmente en la actualidad. William Howard Doane compuso la música para el texto y la publicó en el himnario “Oro puro para la escuela dominical” en 1871. El himno se hizo popular durante las cruzadas evangelísticas de Moody-Sankey a fines del siglo XIX. Las palabras del himno De Jesús el nombre invoca expresan el consuelo y el poder que se encuentran en el nombre de Jesús. El precioso nombre de Jesús es la única esperanza del cielo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12). A continuación, damos paso a la lectura y canto del himno: De Jesús el nombre invoca De Jesús el nombre invoca, Búscale con vivo afán; Dulce hará tu amarga copa, tus pesares cesarán. Suave luz, manantial de esperanza, fe y amor; Sumo bien celestial, Es Jesús, el Salvador. De Jesús el nombre adora, que te sirva de broquel; Alma débil perturbada, hallarás asilo en Él. Suave luz, manantial de esperanza, fe y amor; Sumo bien celestial, Es Jesús, el Salvador. De Jesús el nombre ensalza, cuyo sin igual poder, del sepulcro nos levanta; Renovando nuestro ser.
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    9 分

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